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Fajas de liposucción: derrumbando algunos mitos sobre la liposucción

Una de las grandes modas dentro de la programación televisiva es la transmisión de casos reales relacionados con la atención médica. La variedad de ellas es extensa, pues va desde la atención de enfermedades raras, la atención que se da los pacientes en las áreas de urgencias o las relacionadas con padecimientos de alta gravedad. Aquí derrumbaremos algunos mitos sobre esta técnica de adelgazamiento.

Dentro de este campo, se encuentra la modalidad que nos presenta la atención de necesidades estéticas. Es decir, intervenciones quirúrgicas que se especializan en corregir deformidades o algunas molestias relacionadas directamente con la manera en cómo luce el cuerpo.

Una de las cirugías más populares dentro del mercado son las liposucciones, que generalmente son atendidas para reducir grandes cantidades de grasa almacenadas en el abdomen o en las caderas y que no pueden ser eliminadas a través del ejercicio.

A grandes rasgos, el paciente se somete a la extracción de grasa por medio de un tubo quirúrgico que lo succionará a través de una pequeña incisión. En algunos casos, estas operaciones se incluyen otro procedimiento en el que se extraerá una pequeña porción de piel sobrante lo que le dará más uniformidad al abdomen, dándole un aspecto mucho más esbelto.

Luego, el paciente se le acondicionará una faja para liposucción que ayudará durante el proceso de recuperación, pues se necesita que el tejido se mantenga inmóvil para que el proceso de cicatrización se realice sin ningún tipo de contratiempo.

Debido a la popularidad de la operación han surgido una serie de informaciones o mitos que no son realmente ciertos, incluso, estos problemas informativos se han dado debido a la proliferación de programas que retratan la vida de ciertos cirujanos y su manera de operar. Hay que recordar que cada paciente es especial, así como en el contexto en el que vive.

Por lo que pensar que los procesos y cuidados que se realizan alrededor de la liposucción en Las Vegas, sean los mismos que en la Ciudad de México. En este artículo quisiéramos tratar algunos de esos mitos y extender una serie de recomendaciones relacionados con los cuidados postoperatorios que tiene que llevar toda persona que se halla sometido a un proceso de liposucción, desde la alimentación hasta el uso de fajas para liposucción.

Mitos.

Es posible que debido a la superficialidad con que son tratadas este tipo de operaciones en algunos medios, se llegue a creer que no son cirugías de alto riesgo. Sin embargo, lo son.

Una liposucción se debe tratar como tal, así que uno de los primeros pasos que tiene que hacer al momento de considerar esta intervención es hacerlo con un médico altamente certificado por una autoridad de sanidad reconocida y que la clínica también cumpla con las normas establecidas para su operación. Huya de todo aquel doctor que l prometa sacar una gran cantidad de grasa de su cuerpo, pues se sabe que esto puede poner en peligro la integridad de su cuerpo.

Lo que generalmente se hace es sacar un porcentaje de grasa tope en una intervención y sacar el resto en el otro. Todas las intervenciones, incluida esta, realizan la administración de líquidos o medicamentos antes, durante y después de la liposucción por lo que es realmente serio considerar hacerla y dentro de esa misma línea de seriedad se tiene que realizar la elección del especialista y la clínica en donde se llevará a cabo.

Otro mito común, es que la liposucción nos hará delgados de manera mágica. Este tipo de intervenciones generalmente son paralelas a otros métodos de reducción de peso, como el ejercicio o dieta, y en realidad se trata de un complemento.

Justo, como es una cantidad limitada de grasa la que se puede extraer, no puedo funcionar como un método único de reducción de peso. Ahora, el que le extraigan tejido graso, no significa que nunca más estará en riesgo de volver a aumentar de peso, ya que si su consumo alimenticio no es el adecuado, este tejido volverá a formarse en el cuerpo.

Lo ideal es que después de la liposucción continué con rutinas de ejercicio, el uso constante de fajas de liposucción durante la actividad física y una alimentación balanceada. La combinación de estos tres elementos le permitirá mantener su cuerpo moldeado haciendo que la intervención haya valido la pena.

Finalmente, un tercer mito dice que la liposucción sólo se realiza en mujeres. Esto es mentira, pues la obesidad no es un caso exclusivo de género. Hombres con obesidad pueden ser candidatos a la realización de esta operación con el mismo objetivo, el de realizar la extracción de tejido grasoso que no ha podido ser eliminado mediante otras vías de reducción.

Ahora, lo que le tocará al médico es definir dependiendo de la masa corporal de cada uno de los pacientes, cuáles serán las cantidades recomendables para extraer el tejido graso y si el paciente necesitará de la extracción de la piel sobrante o se realiza en otra cirugía.

Recomendaciones postoperatorias.

Es probable que aparezcan hematomas en la zona en donde se haya aplicado el tubo de liposucción, esto debido a que el cirujano no solo introduce el tubo en el cuerpo sino que realiza un serie de “golpeteos” que le permiten realizar la extracción de manera mucho más uniforme, también se puede presentar una hinchazón que nos dé la sensación de que en realidad no se ha extraído la cantidad de grasa adecuada y que el gordito extra, todavía sigue ahí, sin embargo esto es enteramente normal y si produce por la manera en que se realiza el procedimiento quirúrgico..

Estos hematomas e inflamaciones irán despareciendo con el paso de los días. Lo que se recomienda es usar fajas para liposucción que mantendrán el tejido protegido y que de manera paralela ayudará a moldear su figura. El uso de la faja se puede extender a un mes o más, dependiendo de lo que usted desee. Lo recomendable es que durante el proceso de recuperación cuente con un par de fajas para que pueda intercambiarlas, pues durante ese tiempo tendrá que cuidar mucho de la higiene de todas las prendas que tengan contacto con su cuerpo.

En cuanto a la alimentación, puede que el doctor realicé indicaciones especificas, pero en general lo mejor será no consumir grasas, picantes y alcohol, sobre todo si está bajo el consumo de medicamentos que combatan las posibles molestias postoperatorias como lo pueden ser mareos o dolor.


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